Nuestro proyecto quiere contribuir a construir ciudad, quiere ser parte viva en la trama urbana de Vigo. Se niega a la hermeticidad. La vida nos ha enseñado hoy que la ciudad necesita más espacios urbanos de calidad que inviten a las relaciones sociales y comunitarias, y esos lugares pueden ser también nuestros edificios.
Para ello hacemos una propuesta moderada y realista, evitando innecesarias intervenciones en el espacio público. Así, proyectamos un edificio que, por su concepción y materialización, amplía la percepción dimensional de Praza da Igrexa, diluyendo los límites entre interior y exterior.
Frente a la fragmentación obsoleta de los edificios actuales, apostamos por la creación de un único volumen, un gran vacío, que por su transparencia se incorpora como una parte más de la plaza a la que a priori se enfrentaría, permitiendo la permeabilidad visual completa hasta el propio patio-jardín interior, que se convierte en el nuevo telón de fondo.
Nuestro edificio es un equipamiento contemporáneo de mediana escala, un contenedor sencillo y flexible, apto para actividades grupales y comunitarias de cercanía.
Un edificio versátil concebido para ser invadido por la gente, visitado, en el que se improvise, desde el que mirar y en el que dejarse ver.
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